Síntomas y desencadenantes de la ira: cómo lidiar con una emoción animada

Nací en una pelirroja natural, pero incluso después de que se volvió marrón, me llevó un tiempo superar la mala reputación de la pelirroja tempetua. Esto sucedió solo después de pasar 13 años con un esposo que es solo alegría en la vida parecía ser desencadenar esa ira diariamente.

Entonces, ¿qué debía hacer yo? ¿Ser apasionado es un rasgo hereditario realmente vinculado al color de tu cabello? ¡Si es así, estaba condenado!

Bueno, en realidad, fue un proceso que tomó unos tres años. El primer punto de inflexión llegó cuando me di cuenta de que tenía un problema. Estaba enojado todo el tiempo. No era solo un caso de algo importante que me desencadenara, comencé a notar que estaba en un estado constante de ira y no solo eso, sino que mi esposo lo estaba disfrutando.

Entonces, la decisión de superar Esta tendencia se hizo ese día.

Aquí está el método que empleé, y espero que ayude a otros:

> Use un diario para comenzar a darse cuenta cuando se provoca la emoción de la ira. .
> Tómese un momento para darse cuenta de cuáles son los síntomas corporales de la ira dentro de usted (es decir, la frecuencia cardíaca rápida, la respiración superficial, los músculos tensos …).
> Haga una intención de notar cuándo comienza a estar enojado.
> Mira diariamente por momentos de ira y nota todos los sentimientos que lo acompañan.
> Mira cuáles eran tus pensamientos antes de comenzar a sentir los primeros síntomas de ira.
> abordar esos pensamientos y sentimientos. Llegar a la causa raíz. ¿Qué te está haciendo enojar realmente?

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Lo que encontrarás con este método es que hay desencadenantes específicos que despiertan la ira. Es posible que tenga que ver con su propia percepción de que no eres digno, que eres una víctima, que la vida es injusta, que no hay suficiente tiempo en tu día, que solo estás aquí para satisfacer las necesidades de otras personas y no tu propio .

Estos son los sistemas de creencias que desencadenan esa ira. El punto es entender que nadie te enoja. El único que tiene el poder de enojarte eres tú. Es hora de dejar de culpar a los demás y aprender lo que te estás diciendo que justifica por qué estás enojado. Al comprender esto, aprenderá cómo liberar esos pequeños momentos de ira, ya que solo te están contando todo sobre ti. Y, tendrá el beneficio adicional de comprender cuándo un problema es realmente importante para quién es usted y cuándo son simplemente desencadenantes de patrones previos de sistemas de creencias perjudiciales sobre sí mismo. Muy pronto, comenzarás a experimentar un flujo libre de gratitud en tu vida cuando te das cuenta de que todos esos momentos de ira no eran más que reflejos de sí mismo.