Pobre circulación sanguínea: ¿Eres una víctima?

La mala circulación es una enfermedad poco conocida y traicionera. Millones de personas lo sufren en todo el mundo sin siquiera estar al tanto de la enfermedad. Millones de otros lo están luchando todos los días a través de la gestión de medicamentos y estilo de vida. Sin embargo, muchos sienten los síntomas que crecen en sus cuerpos, pero eligen ignorarlo por completo o tomar cualquier nota seria, por lo tanto, allanando el camino hacia una falla en el diagnóstico y el tratamiento temprano. ¡A veces la conciencia llega demasiado tarde, a la muerte del individuo! Al igual que el depredador natural de la jungla, la mala circulación es el asesino silencioso que ataca cuando no se da cuenta de la existencia del peligro o está mal guardada contra él.

En la jerga médica, la mala circulación se llama enfermedad vascular periférica (PVD) o arteria periférica Enfermedad (almohadilla) o enfermedad oclusiva de la arteria periférica (PAOD). La mala circulación es la obstrucción de la circulación sanguínea (isquemia) debido a la acumulación de depósitos grasos en los revestimientos internos de las paredes de la arteria. Además del riñón, sus extremidades (pies, manos, brazos y piernas) están expuestas a esta peligrosa enfermedad. La existencia de PVD en órganos más críticos como el corazón y el cerebro puede causar la muerte por accidente cerebrovascular o ataque cardíaco.

La mala circulación es una condición grave y no se puede tomar a la ligera. Puede causar ataque cardíaco y accidente cerebrovascular y puede provocar la pérdida de un brazo, la mano, los pies o las piernas, e incluso puede provocar la muerte en un caso extremo. Un diagnóstico temprano y un tratamiento continuo contribuyen en gran medida a mitigar el riesgo. El tratamiento será en forma de medicamentos, meditación, manejo del estilo de vida o una combinación de todos estos métodos.

Cuando busque síntomas, debe tener en cuenta el comportamiento de las extremidades (brazos, piernas, pies y manos). La claudicación (dolor, calambres, somnolencia, hinchazón), temperatura de caída y fatiga en las extremidades son indicativas de mala circulación. Si encuentra alguna o varias de estas indicaciones, vaya a su médico de familia de inmediato y solicite un examen exhaustivo. La mala circulación se puede diagnosticar mediante el control físico. Un examen más detallado incluirá ultrasonido Doppler, angiografía de rayos X o tomografía computarizada. Hablemos ahora sobre algunos conceptos básicos de manejo del estilo de vida para controlar la mala circulación.

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Dado que la mala circulación se agrava por fumar, la diabetes mellitus, la dislipidemia (aumento en el nivel de colesterol) e hipertensión (presión arterial), puede mitigar o aprovechar el riesgo monitoreándolos de cerca y de manera consistente. Incluya ejercicio físico en su rutina diaria y cambie a una dieta sana y sin grasa.

Una buena evaluación de su estilo de vida revelará las razones y corroborará sus síntomas. Principalmente será la falta de ejercicio: la forma de la naturaleza para garantizar una circulación sanguínea constante. La comida chatarra y la comida con saturación de grasas también contribuye a exponerlo al riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o incluso la muerte. Así que sé consciente. Estar seguro.