El conflicto entre la esfera privada y la esfera pública: “Hábitos del corazón” de Robert Bellah

Este es mi segundo artículo sobre el libro del sociólogo estadounidense Robert Bellah “Hábitos del corazón”. El primer artículo presentó una visión general del argumento de Bellah. En pocas palabras, Bellah argumenta que la cultura estadounidense carece de un lenguaje moral que pueda articular valores morales. El individualismo ha superado el contexto más amplio de la comunidad. En este artículo, deletreo los argumentos de Bellah de una manera más detallada.

El individualismo se ha convertido en el modo de pensamiento dominante en la cultura estadounidense. Bellah se refiere a él como “nuestro primer idioma”. El discurso estadounidense sobre asuntos sociales y políticos, como consecuencia, se ha vuelto superficial y no puede superar el contexto de interés propio. A las personas entrevistadas por Bellah y sus colegas en el libro les resulta difícil articular sus sentimientos morales. Bellah argumenta que un segundo idioma, un sentido más rico del discurso moral, está arraigado en las tradiciones republicanas y bíblicas. Sin embargo, el discurso del individualismo se ha vuelto dominante en la cultura estadounidense. Una razón para esto es el vínculo entre el utilitarismo, que Bellah asocia con el capitalismo e industrialismo, y el individualismo.

Bellah, como el filósofo estadounidense John Dewey, es crítico con el individualismo desenfrenado. Bellah acepta el análisis de Dewey de que el individualismo jugó en un papel importante en los orígenes de la democracia estadounidense. Es decir, la evolución de la democracia en Estados Unidos estaba integralmente relacionada con el individualismo. Sin embargo, Dewey y Bellah colocan el papel contemporáneo del individuo autónomo en cuestión. Según Bellah, “la pregunta es si un individualismo en el que el ser puede convertirse en la forma o la realidad principal realmente puede ser sostenida”. En opinión de Bellah, el verdadero problema es la distinción entre el público y la esfera privada que forma el marco tradicional del experimento estadounidense en democracia. Bellah dice: “Lo que está en cuestión no es simplemente si los individuos autónomos podrían retirarse de la esfera pública para perseguir fines privados, sino si tales individuos son capaces de mantener una vida pública o privada”. El punto es que, sin el contexto más amplio de un todo social, una comunidad o tradición histórica, el individuo está en pérdida e incapaz de mantenerse a sí mismo o al bien público.

Es un error leer Bellah como un “anti-individualista”. Si bien rechaza la noción del individuo autosuficiente, lo hace para defender la interpretación más rica de lo que significa ser un individuo. La comunidad es crucialmente importante para una vida realizada y es un elemento esencial para dar sentido a la vida de uno. El argumento de Bellah es que la idea de la comunidad se ha vuelto problemática en la cultura estadounidense contemporánea. La idea del individuo autosuficiente que desempeñó un papel esencial en el desarrollo de la teoría democrática, en el contexto estadounidense, ha dificultado pensar en términos de un discurso moral más amplio. Es la comunidad la que da un sentido de unidad a la vida de un individuo. Proporciona un contexto de significado. La idea de la comunidad está íntimamente relacionada con el lenguaje, las narrativas y las historias en las que los individuos confían para articular su sentido de valores propios y morales.

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