Causas de los ácaros en los gatos

Imagina cómo te sentirías con miles de pequeños insectos que se arrastran hacia un lado y tu dentro de tus oídos. Cuando nota que su felino se rasca enérgicamente alrededor del área del oído y sacude la cabeza repetidamente, es probable que su mascota sufra una infestación de los ácaros del oído. Más del 80% de los gatos se verán afectados por estos pequeños parásitos en algún momento durante sus vidas.

El nombre propio del ácaro del oído es “Otodectes cyanotis” (latín para “seleccionador de la oreja”). Estos parásitos microscópicos en forma de cangrejo tienen pelos en sus cuerpos que irritan el revestimiento del canal auditivo, un área donde el gato no puede alcanzar cuando está realizando el aseo Alrededor de los canales del oído del animal, se alimentan de cerumen (cera para la oreja). A medida que el revestimiento del canal se irrita, comienza a secretar suero, el componente claro de la sangre. El excremento de cera, suero y ácaro del oído se combinan para formar una sustancia gruesa, negra, crujiente y maloliente que casi puede cerrar el canal del oído, si la causa raíz, la infestación del ácaro del oído no se trata. > ¿Cómo se transmiten estas plagas poco saludables, desagradables y molestas?

Los ácaros de la oreja son extremadamente contagiosos. Se pueden pasar de una madre gata a su descendencia. Se pueden extender desde otras mascotas en el hogar: perros, conejos, hámsters, jerbos, ratones o hurones. También se pueden transmitir desde el entorno.

Los ácaros de la oreja se extienden rápidamente. Incluso el contacto físico breve con un animal infectado es suficiente para pasar el parásito. Los humanos pueden ser portadores transitorios de los ácaros del oído de una mascota a otra, aunque es raro que el humano mismo sea infectado.

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Aunque generalmente viven en los oídos de los animales, los ácaros pueden migrar. Se pueden encontrar alrededor de las orejas, en el cuello o en la grupa del gato.

Si una mascota de la familia es tratada por ácaros del oído, todas las mascotas en el hogar deben recibir tratamiento. Las infestaciones de ácaros pueden ser persistentes. Un gato sin síntomas podría reinfectar repetidamente a una mascota que había sido tratada recientemente.

Los gatitos y los gatos más jóvenes tienen más probabilidades de sufrir ácaros de los oídos porque tienen menos inmunidad. Finalmente, la mayoría de los gatos adultos parecen construir una inmunidad y no exhiben síntomas en absoluto, aunque continúan albergando los parásitos. Esto explica por qué los casos de reinfestación son tan comunes.

Afortunadamente, estas plagas parásitas son fácilmente diagnosticadas y tratadas por un veterinario. Sin embargo, es esencial que el tratamiento continúe durante un período de al menos un mes, para garantizar que se eliminen los ácaros del oído en cada etapa de su ciclo de vida.

Un gato sano es un gato feliz. Los propietarios responsables deben permanecer atentos durante cada fase de la vida de su mascota para garantizar que no hay riesgos para la salud no invitados o indeseables amenazan el bienestar físico de su felino.